Hoy dejamos Copacabana y también Bolivia. Nos vamos el día más importante desde el punto de vista religioso en Copacabana. Está totalmente saturado de gente y dormir aquí es el doble de caro. Cuando salimos del hotel vemos entrar gente desesperada buscando habitación y el chico les dice cualquier precio exagerado, eso sí a los peruanos les pide más dinero que a los turistas europeos. Se nota que hay rivalidad entre países vecinos. Esto es universal, jeje!!
Mientras esperamos la salida del bus conocemos a un niño peruano de no más de 12 años que se dedica a limpiar botas. Ha venido a Copacabana porque sabe que estos días es posible que tenga algo más de trabajo. Es un niño, con los rasgos de un niño pero con la mirada de un adulto. Un niño que ha cambiado sus juguetes por una caja de madera, un cepillo y crema negra. En menos de 10 minutos se crea entre nosotros una relación muy especial. Es en estos momentos cuando nos sentimos tan afortunados de ser quiénes somos y de vivir donde vivimos. Es también en estos momentos cuando la impotencia te puede y consigue desdibujar la mejor de las sonrisas. Pasamos todo un buen rato hablando pues es una persona muy curiosa e inteligente y nos pregunta cosas sobre España y Europa…
Hace unos días que queremos regalar nuestros gorros pues ahora ya tenemos los típicos bolivianos. Ya hemos encontrado a alguien para regalarle el de Xevi. Cuando se lo dimos se lo puso súper agradecido, el es la persona que estábamos esperando encontrar para que llevase el gorro. Seguro que le dará un buen uso.
Nuestro amiguito con el ex-gorro de Xavi
A las 14 horas tomamos un bus que nos lleva a Puno, la parte peruana del Titicaca. El trayecto dura 3 horas y nos cuesta 20 bolivianos/2€ por persona. El recorrido hasta Puno es muy interesante pues vamos bordeando el inmenso lago Titicaca, vemos la gente laboreando en el campo, las ovejas conviviendo con cerdos, llamas y muchos burros. Aquí sí que no están en peligro de extinción porque todavía son muy útiles para facilitar el trabajo a las personas. Estamos embobados viendo el espectáculo paisajístico, una vez más nos han dado los asientos con las mejores vistas.
Puno es una ciudad del sureste del Perú, capital del Departamento de Puno, situado a orillas del lago Titicaca. Es la principal ciudad de la frontera viva del sur del Perú. Puno es conocida también como la «Ciudad de Plata», debido a sus minas de plata, las más ricas de toda Sudamérica en su época. Puno es una importante ciudad minera y portuaria del sur peruano y de la cuenca del Titicaca. Comprende las alturas andinas por encima de los 3800 MSNM.
En menos de 20 minutos llegamos a la frontera que resulta ser casi un mercadillo, gente caminando de un lado a otro, cientos de puestos de artesanía, comida, bebida, casas de cambio, etc. La calle está totalmente abarrotada y los vehículos no pueden circular, sobretodo los que van dirección a Copacabana que forman una gran caravana.
Bajamos del bus y pasamos a poner el sello de despedida de Bolivia, caminamos 2 minutos y llegamos a la frontera peruana, nos ponen el sello de entrada y seguimos caminando entre la multitud intentado localizar a las personas de nuestro bus para seguirlas y no perdernos sin saber a dónde ir. Por suerte en el bus nos acompaña una especie de guía que nos reagrupa en un momento y en 30 minutos ya estamos rumbo a Puno de nuevo.
Dejamos atrás la parte boliviana del lago Titicaca, donde se come una trucha riquísima pero donde el servicio deja muchísimo que desear. En Copacabana, junto con Uyuni nos encontramos una gente muy parecida a los vietnamitas , por una parte los que se dedican al turista que solo ven dólares y han perdido un poco la esencia e incluso se han deshumanizado bastante, por otra los bolivianos de a pie que son personas maravillosas, gentiles y que te ayudan y explican lo que sea sin ningún ánimo de lucro.
Hemos estado muy pocos días en Bolivia pero los suficientes para descubrir un país todavía por descubrir (por suerte para nosotros). Eclipsado por Perú, despojado de una esquinita de mar por los chilenos. Envuelto por sus vecinos pero con una cadena montañosa que roza el cielo, con un salar inmenso y maravilloso en medio de la nada y con un trozo de lago que suplanta ese trozo de mar que ya no pueden tener.
Bolivia es un país indígena gobernado por un indígena. Un país que no para de progresar aunque sea poco a poco y donde los niños aprenden en la escuela castellano, quechua y aimara, la única manera de poder mantener esa cultura tan diferente durante muchos años o eso esperamos!! Bolivia es un país lleno de magia y mística, será quizá por la altura?
La Paz es la capital más alta del mundo quizá esa altura nos ayude a entender a esa gente que a veces parece que se arrastre por las angostas cuestas de la ciudad, siempre cargados de un lado a otro y muy pocas veces con una sonrisa en la cara. Cabizbajos y con rostro triste que llegan a encogerte el alma.
El Salar de Uyuni
Cuando llegamos a Puno esperamos encontrar el lago bordeando la ciudad pero no es así. Puno es una ciudad bastante grande y el lago está lejos de todo.
En el autobús el «revisor guía» nos recomienda un hotel por 24 US$/18,5€, le decimos que es muy caro para nosotros y en 2 minutos vuelve con una segunda oferta de 16 US$/12,3€ y le decimos que solo podemos pagar 12 US$/9,2€, para nuestra sorpresa vuelve a los 5 minutos diciendo que es posible una habitación matrimonial con baño privado y TV por cable por los 12 US$/9,2€, así que al bajar del bus después de una llamadita ya nos están esperando los del hotel para que no nos escapemos. Aceptamos ir a ver la habitación y cuando nos la enseñan decidimos quedarnos pues está muy bien y además tiene enchufes para nuestra estufita.
Ya en el hotel nos aparece un chico llamado Crispín (y este no es un apodo sino su nombre real) para vendernos excursiones. Lo escuchamos, nos explica lo que hay que hacer en Puno y lo que cuesta y le decimos claramente que vamos a buscar mejores ofertas. Tiene tantas ganas de vender algo que acuerda con nosotros que nos hará el mejor precio que encontremos así que decidimos vernos a las 20 horas para ver que acordamos.
Desde que llegamos a Puno todo está siendo súper rápido. Que asedio!!
Salimos a caminar y despejarnos por el centro donde encontramos la típica iglesia y sobretodo las calles limpísimas, ni un papel en el suelo y todo en su sitio, jardines bien cuidados, etc.
La iglesia
Consultamos precios de excursiones en varios sitios y la gente resulta tan amable que nos gustaría comprarle de todo a todos. Se ven muy profesionales y lo explican todo con mucha pasión pero ya hemos quedado con Crispín.
A las 18:30 ya estamos cenando en un restaurante muy chill-out que nos sorprende por el buen gusto en la decoración de sus platos y además todo está buenísimo. Nos está encantando la cocina peruana. Que estilo, quien lo diría!! Un súper menú por 15 soles/3,8€ con postre incluido.
Filete de alpaca
A las 20 horas nos encontramos con Crispín en el hotel, le comentamos los precios que hemos encontrado (10 soles/2,5€ más económicos que él) y nos arregla las excursiones a las Islas de los Uros, Amantaní y Taquile para dos días con todo incluido por 60 soles/15€ por persona. El mismo precio que el mejor que encontramos en las agencias. Perfecto!!
Nos parece además bastante honesto por lo que decidimos reservar el billete de bus a Cuzco con el pues nos garantiza por 25 soles/6,3€ por persona los primeros asientos en la parte superior de un bus que pinta muy bien, pues parece ser que camino a Cuzco las vistas son imperdibles.
Cerramos nuestro trato, pagamos ya todo y a ver que pasa.