Como Udaipur no tiene más para ofrecernos nos vamos a Chittorgarh en un bus local (72 INR/1,3€ por persona). En 2 horas llegamos a la terminal y de ahí negociamos con varios conductores de autorickshaw para que nos acerquen al Fuerte, lo más importante de esta ciudad. Tras una no muy dura negociación cerramos el trato con un chico muy majo que por 150 INR/2,8€ hará de guía conductor por el Fuerte más grande del Rajastán y además nos guardará y vigilará nuestros macutos, no se puede pedir más!!
Subimos la empinada cuestecilla que lleva al Fuerte, atravesamos varias impresionantes puertas, compramos la entrada (100 INR/1,9€ por persona) más un ticket de aparcamiento para el autorickshaw (5 INR/0,1€) y hacemos nuestra primera parada en el Palacio de Rana Kumbha y lo primero que nos invade es la paz y tranquilidad de estas solitarias ruinas entre las que caminamos durante un buen rato imaginándonos lo que debió ser todo esto en sus momentos de gloria y en sus días de batalla. Este fuerte fue asaltado sin piedad en más de 4 ocasiones y miles de guerreros murieron en batalla mientras sus mujeres se quemaban en las piras antes de que el enemigo las ultrajase. Tras la última batalla en 1568 nunca más volvió a habitarse.
Las murallas del fuerte
El Palacio de Rana Kumbha
Detalle de los trabajadas columnas y capiteles
El bonito y exótico patio
Desde las torres del palacio hay unas fantástica vistas de las solitarias y áridas llanuras y de la tranquilidad de la ciudad.
La vistas de la ciudad
Nuestra siguiente parada es el Templo hinduista de Meera con un estilo muy ornamentado al igual que el de Jagdish en Udaipur. En la misma zona se encuentra también el templo de Kumbha Shyam. Cada uno de ellos dedicados a diferentes deidades de la compleja religión hinduista.
Vista del Templo de Meera y de Kumbha Shyam
Otra parada la hacemos en la Vijaya Stambha (Torre de la Victoria), una magnífica torre de 37 metros construida entre 1458 y 1468 por Rana Kumbha y dedicado al dios Visnu. Se puede ascender hasta la planta octava desde donde las vistas no tienen precio. Toda la torre está hermosamente trabajada e incluso en su estrechísimo interior hay alguna preciosa talla y bajorrelieves.
La Vijaya Stambha
En el entorno de la torre se encuentra el Mahasata, una zona donde se incineraban los soberanos rajputas y también se halla el impresionante templo de Samadhisvara construido en el siglo XI y restaurado en el siglo XV dedicado al dios Shiva. Consta de 3 pórticos idénticos en la parte norte, sur y oeste. En su interior se encuentra una colosal imagen del Trimurti Shiva. El interior y exterior del templo está trabajado con preciosas figuras de dioses, diosas y otras decoraciones.
El Mahasata y su entorno
Por los alrededores encontramos todo tipo de animales como los traviesos monos …
… Y los cerdos
El templo de Samadhisvara
Que curre!!
Aquí también hay una vaca sagrada!!
El Trimurti en su interior
Desde la puerta sur hay unas escaleras que bajan al sagrado Gaunkha, un depósito de agua que fluye de un manantial subterráneo.
El manantial Ganukha
Seguimos con nuestro autorickshaw privado hasta el Palacio de Padmini, situado junto a un estanque totalmente seco. El palacio en si ya no tiene nada de espectacular pero sus jardines de rosas y los pabellones sombreados son ideales para descansar del calor agotador e imaginarse a la hermosa reina rodeada de sirvientas contemplado el pasar de las horas mientras su palacio se reflejaba en el agua como si se tratase de un espejo. Padmani fue la causa del primer asalto al fuerte cuando Ala al Din Khaiji, Sultán de Delhi entro en combate para secuestrar a esta bella reina. Ante la inminente derrota los hombres salieron para morir en la batalla y las mujeres, incluida la reina realizaron el jauhar. Una preciosa historia de amor, honra y muerte digna de estas tierras rajastanies.
La entrada al Palacio de Padmini
Nos refugiamos un ratito del sol. Que calor!!
El deslucido estanque totalmente seco
Admiramos las preciosas vistas de los alrededores desde la Suraj Pole.
La Suraj Pole
Con sus vistas a la verde llanura 
Antes de terminar nuestro recorrido por los más de 28 km2 de fuerte paramos al lado de otra elaborada torre, la Kirtti Stambha (Torre de la Fama) con una altura de 24 metros también con unas estrechas escaleras interiores pero a la que no se puede acceder.
Esta torre fue construida en el S. XII por un rico mercader Jainí de la comunidad de los Digambara en honor a Adinatha el primer de los 24 tirthankakas (maestro jainí). Cientos de pequeñas figuras desnudas talladas en las paredes narran posiblemente historias pasadas de esta religión tan novedosa para nosotros. La torre está rematada con 12 columnas y al lado hay un templo y un monje vestido de blanco que nos explica varias cosas sobre el jainismo.
La Kirtti Stambha
Detalle de los desnudos
El trabajado templo
El jainismo es una religión que nació en el S. V antes de Cristo junto con el budismo debido a la disconformidad del sistema de castas hinduista. Su objetivo es alcanzar la liberación del ciclo sin fin de la reencarnación a través de la práctica de la austeridad y el abandono gradual del mundo material. Es la más ascética de las religiones indias aunque a los seglares no se les exige tanto como a los monjes.
Su fin no es la glorificación de un dios absoluto, sino el logro de la perfección personal. Es la creencia en una forma extrema de ahinsa (no violencia), que exige que ningún ser vivo sea dañado ya que para el jainismo todas las criaturas vivientes han de ayudarse unas a otras. Los jainís son los vegetarianos más extremos del mundo pues se alimentan solo del fruto y tubérculos de las plantas. Toda una paranoia para dos carnívoros como nosotros.
Lo más fuerte del jainismo es que hay dos órdenes, por un lado están los Svetembara y por otro la Digambara, estos últimos van totalmente desnudos y llevan la boca tapada para no tragar ningún insecto accidentalmente. Los monumentos dedicados a los Digambara presentan tallas de personajes desnudos como la Kirtti Stambha.
Terminamos nuestro recorrido en una incursión a fondo en un complejo de 27 espectaculares templos jainistas el Sat-Bis Deori. Estos templos aparentemente desde nuestro desconocimiento son muy parecidos a los hinduistas y sus imágenes de mármol blanco parecidas a las budistas. Sus paredes y columnas están completamente talladas y hay cientos de nichos con esa especie de budas.
La entrada al complejo de templos Jainistas
Cuidado, las mujeres con la menstruación no pueden entrar!! Que fuerrrteee!!
Los templos
Las imágenes, para nosotros muy parecidas a los budas
Más de 3 horas perdidos en las tranquilas ruinas no son suficientes para imaginarse todo el conglomerado de religiones, reinos, alianzas, victorias y derrotas que se sucedieron tras estos muros pero Chittorgarh junto con el fuerte de Amber comienzan a adentrarnos cada vez más en el fascinante mundo de los rajputas, incansables y seductores guerreros de coloridos turbantes.
En la estación de autobuses nos despedimos de nuestro transportista y esperamos varias horas hasta que sale el autobús rumbo a Jodhpur (189 INR/3,5€) desde donde tomaremos otro a Jaisalmer en pleno desierto del Rajastán. Nos quedan largas horas de viaje en un destartalado bus local repleto de curiosos lugareños que no paran de radiografiarnos con la mirada y hacernos preguntas de lo más indiscretas.
Casi 9 horas de viaje aunque no muchos kilómetros por una tortuosa carretera que nos impide pegar ojo en casi todo el recorrido. Cientos de paradas en las que el bus se llena de golpe para continuar casi vacío hasta otro pueblo en el que vuelve a llenarse.
A las 2 am llegamos a Jodhpur y cientos de personas duermen sobre cartones, papeles de periódico, telas de colores o directamente sobre el sucio suelo esperando la salida de los buses. El nuestro a Jaisalmer no sale hasta las 4:45 am. Larga espera de casi tres interminables horas!!
Perdidos por el mundo 