Hoy nos reafirmamos en que en Varanasi ya hemos tenido suficiente y el clima nos acompaña en nuestra decisión pues se pasa el día lloviendo a cántaros. Es tal la cantidad de agua que cae que el río pasa enfurecido arrastrando a su paso todo lo que encuentra y alcanzando unos cuantos escalones de los Ghats. De ayer a hoy ha subido su nivel unos 60 centímetros.
Por la mañana el cielo ya anuncia lluvia
Nos pasamos casi todo el día en la terraza de la habitación reflexionando sobre lo que hemos visto y haciendo un poco de blog. Al atardecer volvemos al restaurante de ayer, nos conectamos a Internet, cenamos unos ricos thali y pasta con tomate y coincidimos con unos catalanes muy majos. Hablando y hablando nos dan las tantas de la noche así que cuando nos “echan” del restaurante ayudamos a Javier el catalán y a su pareja a buscar un autorickshaw a buen precio para que los lleven a su alejado hotel.
Curiosamente después de toda la lluvia que ha caído y de la súper tormenta la noche acaba siendo una de las más claras y luminosas que recordamos y la claridad entra por la ventana como si ya fuese a amanecer.