Hoy nos pegamos un súper madrugón pues a las 7 am vienen a recogernos para hacer una excursión de 12 horas hasta Humahuaca (140 pesos/28€ por persona).
Durante el trayecto pasamos por Jujuy y nos comenzamos a adentrar en la quebrada de Humahuaca. Un camino serpenteante que llega a Bolivia. Es un paisaje duro pero impresionante. Un cañón seco hollado por el río y dominado por unas laderas de estratos sedimentarios que se han erosionado dando lugar a espectaculares formaciones ribeteadas que revelan una amplia gama de colores ondulantes. Este valle, como no podía ser menos, es junto con otros muchos en Argentina Patrimonio Mundial de la Unesco. En muchos puntos del cañón hay colonias de cardones que le dan al recorrido un aspecto menos árido.
En la ruta vamos pasando por diferentes pueblos indígenas, pintorescos y polvorientos, donde lo que más destaca son las iglesias de adobe, históricas y acogedoras.
Hacemos una primera parada en Purmamarca, una pequeñísima población ubicada debajo del Cerro de los 7 colores, una espectacular e irregular formación que se asemeja a una gigantesca fantasía de mazapán. Tanto el cerro como sus alrededores ofrecen una inolvidable gama de colores que para nuestra desgracia no pudimos disfrutar tanto como quisiéramos. Es lo que tiene hacer excursiones argentinizadas. Todo es a mil por hora!!
Purmamarca quiere decir «Pueblo de la Tierra Virgen», en aimará y es una pequeña población en la provincia de Jujuy, enmarcada por espectaculares cerros de colores únicos en todo el país, conocidos como “Cerro de los Siete Colores”. En la plaza central tiene lugar una activa feria artesanal con productos típicos de la quebrada, como alfombras confeccionadas a mano, diversas tallas de maderas, indumentaria regional, vasijas y hasta variedades de plantas medicinales.El pueblito tiene un atractivo especial porque se encuentra ubicada sobre la base de los increíbles cerros multicolores.
Cerro de los 7 colores
El pueblo es de postal, quizá un preámbulo de lo que será Bolivia. Sus casitas de adobe de tonos ocre y un algarrobo, dicen milenario, al lado de la iglesia del siglo XVII.
Algarrobo en Purmamarca
Iglesia
Vistas del pueblo
En la plaza hay una feria de artesanía monísima, donde una vez más tenemos que acordarnos del súper mochilón que llevamos para no caer en la tentación. Al final me compro unos calcetines de lana de alpaca (un animal parecido a la llama) por 10 pesos/2€.
Hacemos fotos de todo y nos subimos al microbús rumbo a Tilcara, a 23 kms de Purmamarca. Ahí vamos a visitar primero el Pucará, que es una ciudad precolombina amurallada totalmente reconstruida con un gusto bastante relativo. Esta en lo alto de un cerro, con una situación totalmente estratégica, pues domina el valle y el río por ambos lados. Se cree que el asentamiento es anterior al siglo XI.
Envuelta en un perceptible manto primitivo se alza Tilcara a la vera del Río Grande, bajo el centro del zapato con tacón que dibuja el mapa de Jujuy. Su paisaje quebradeño, obra de un clima seco y una consecuentemente escasa vegetación. En Tilcara las calles son empinadas, y en sus orillas sobreviven menudas casas de adobe que, en conjunto, conforman un cuadro pueblerino acorde al panorama que lo abraza. La ciudad de Tilcara es considerada Capital Arqueológica de Jujuy debido a la cantidad de materiales que han sido desenterrados y a tantos otros objetos que aún permanecen bajo sus tierras. Lo más destacable en este sentido es el descubrimiento del Pucará, sitio dónde es posible revivir a cada instante la época de los antepasados norteños.
Uno se puede imaginar lo que era una comunidad fortificada bastante grande. Donde había una iglesia y muchas casas bajísimas que indican el tamaño de sus pobladores. Todas las construcciones son de piedra con los techos hechos de cañas y adobe. El lugar está repleto de cardones y parece ser que cada uno representa el alma de cada uno de los que vivieron y murieron ahí. Lo que afea un poco el Pucará es un monumento en forma de pirámide lleno de placas dedicadas a los arqueólogos pioneros que descubrieron las ruinas, y está ubicada donde estaba la plaza y desde donde hay unas magníficas vistas de Tilcara. Aquí tenemos que pagar 10 pesos/2€ que nos sirve también para visitar el Museo Arqueológico que está en el centro del pueblo. Aquí podemos encontrar artículos regionales, objetos de Pucará y exposiciones que muestran la vida de la gente que vivía allí en aquella época. Hay una sala dedicada a las máscaras ceremoniales que resulta muy impresionante.
Casas reconstruidas en Pucará
Ruinas sin reconstruir
La pirámide
Vistas sobre el valle
Los cardones
Algunos muy sugerentes
Paseamos un rato por la pintoresca Tilcara donde se encuentra una mezcla de granjeros locales que continúan con su estilo de vida centenaria y refugiados urbanos bohemios que buscan una vida más tranquila. La plaza está repleta de artesanos entre ellos los Wichis, un pueblo que vive en el bosque manteniendo su ancestral estilo de vida de pescadores, cazadores y recolectores. Como los bosques se pierden su forma tradicional de sustento también desaparece así que se han volcado en la artesanía para su sustento y así mantienen su cultura. Hacen tallas finísimas a mano sobre todo con madera de palo de santo que tiene un perfume riquísimo y en plata, eso si, todo carísimo. Nos sorprendió muchísimo un puesto de unos artesanos wichis que tenían los folletos incluso en catalán que parece ser que les habían traducido unos amigos. Perdidos en el norte de Argentina y de repente información en catalán!!
Feria de artesanía en Tilcara
De Tilcara nos vamos a Humahuaca , la mayor población de la quebrada y mucho más turística pero aún así muy bonita, con genuinas calles adoquinadas, casas de adobe y una curiosa plaza donde compramos nuestra primera bolsita de hojas de coca por 2 pesos/0,4€, pues aquí ya se puede sentir la puna (o altura). Hace sol pero a la sombra mucho frío y la altura nos tiene bastante agotados y sin hambre.
Humahuaca fue un centro de importancia en la época de la colonia, originado en la transformación del poblado omaguaca preexistente que poseía un tambo o posada de los tiempos incaicos. El tiempo parece no haber transcurrido desde aquellas épocas, y sus calles conservan la fisonomía histórica en su edificación y sus angostas calles empedradas. La iglesia (1641), consagrada a Nuestra Señora de la Candelaria (1 y 2 de febrero), contiene obras de valor artístico como la propia talla de su virgen patrona y los doce profetas, de Marcos Sapaca, de la escuela cuzqueña. En el Cabildo, un antiguo reloj, mueve una imagen en tamaño natural de San Francisco Solano que todos los mediodías aparece detrás de una puerta para impartir la bendición a los presentes en la plaza, mientras una colorida mezcla de coyas y turistas completan el escenario. El monumento a la Independencia (1950), en lo alto de las escalinatas que parten de la plaza, sirve de marco de imponente anfiteatro donde se convoca todos los años al Tantanakuy, encuentro no comercial de músicos, que congrega grandes figuras como Jaime Torres y a todos los creadores de la región.
Nuestra bolsita de coca
Lo más curioso de Humahuaca es que nuestro guía no nos puede acompañar, tenemos que ir con guías locales y nos toca uno que está dormido, drogado o tonto pues nos lleva a un ritmo para dormir de pie y lo mejor es el poema que nos recita de bienvenida, con los ojos perdidos en el infinito, parecía poseído. En cuanto podemos nos escaqueamos y nos movemos por nuestra cuenta las 2 horas que tenemos pues sinó podemos volvernos locos.
Aquí hay una mezcla clarísima entre artesanos, habitantes que se dedican a la agricultura, hippies que van de artesanos bohemios y mucho restaurante para turistas con música en directo incluida.
Visitamos la iglesia como ya viene siendo típico en nuestro recorrido, el cabildo donde se encuentra la torre del reloj, en la que cada día a las 12 pm sale la figura de San Francisco Solano para dar la bendición. Evidentemente nosotros no llegamos a tiempo así que no sabemos si sale o no.
La iglesia
El Cabildo
Y por último subimos a una escalera que lleva al monumento a la Independencia, que simboliza el indigenismo. Cuando llegamos arriba estamos muertos así que decidimos mascar la amarga coca. Tiene un sabor horrible pero es muy efectiva, se pasa el mareo en 5 minutos y el corazón deja de latir tan fuerte. Ahora entendemos a todos esos que llevan la mejilla hinchada (no es un flemón, es una bola de coca).
El monumento a la Independencia
Vistas del pueblo desde lo alto
En medio de las escaleras comemos un sándwich made in Chus y Xevi y ya no tenemos más hambre. La altura quita el hambre, que descubrimiento, ahora sí que nos pondremos tipin, tipin.
A las 15:30 nos reunimos en la plaza con el grupo y de ahí volvemos al bus de vuelta a Salta. Por el camino paramos en Uquía para visitar la iglesia del siglo XVII donde lo más curioso es una colección de pinturas restauradas de la escuela de Cuzco; los ángeles arcabuceros, que representan a Gabriel, Uriel y compañía. Unas criaturas celestiales empuñando diferentes armas. Por respecto no le hacemos fotos. Además como vean una cámara ya vienen a pedirte dinero.
Uquía es una pequeña y antigua población de la quebrada de Humahuaca, cuyos habitantes se dedican preferentemente a labores agrícolas. Es original su iglesia (MHN) de típica arquitectura del altiplano, en cuyo interior se destacan el altar mayor tallado a mano en madera y pinturas restauradas de la escuela cuzqueña, entre ellas «Los Ángeles Arcabuceros», representados con armamento colonial hispano.
La iglesia
Vistas del pueblo
Antes de llegar a Jujuy paramos 5 minutos en Maimará, un valle situado bajo la espectacular colina llamada Paleta del Pintor. Junto a la carretera principal, el cementerio en la ladera ofrece una sorprendente visión con un fondo pintoresco.
Maimará, que en lengua indígena significa estrella que cae, es un pequeño pueblo que se ubica en el centro de la quebrada de Humahuaca. Aunque ciudades como Purmamarca, Tilcara y Humahuaca son mediática y turísticamente más conocidas, este poblado tiene algunos elementos que lo distinguen. Uno es la paz, tanto interior como exterior, con que viven todos los días sus habitantes. Otra, quizá la más pintoresca, es que sus montañas han sido pintadas por una mano divina. “Las Paletas del Pintor” es el nombre terrenal con que fueron bautizados estos magníficos accidentes geográficos. Las montañas son coloridas como si hubieran sido pintadas a propósito, justo frente al pequeño pueblo. Colores amorronados, rojizos, anaranjados, amarillos, ocres y salmones.
La Paleta del Pintor
De hecho en la ruta nos encontramos con muchos cementerios arriba de los cerros, llamados cementerios de altura que son herencia de la cultura Inca.
El cementerio
En Jujuy paramos apenas 1 hora, así que hacemos unas fotos corriendo de la plaza, la iglesia, … Jujuy ha sido la colonia española más septentrional de la Argentina actual y la más difícil y más afectada por los conflictos con España.
La capital de la provincia de Jujuy se encuentra a 1.200 m.s.n.m., enclavada en un valle justo en la intersección de los ríos Grande y Xibi Xibi, denominada por ello “Tacita del Plata”. San Salvador de Jujuy tuvo 3 fundaciones, la primera en el año 1561 llamada Ciudad de Nieva y la segunda en 1575 bajo el nombre de San Francisco de Aldava, ambas destruidas por los indígenas; la fundación definitiva se realizó en la ubicación estratégica donde se encuentra en la actualidad, el 19 de abril de 1593 bajo el nombre de San Salvador del Valle de Jujuy. Es una ciudad histórica con monumentos, museos, y una intensa actividad cultural, que sin dudas hace conmover con los relatos de sus habitantes.
Casa de gobierno
Diferentes estatuas en la plaza principal
El Cabildo. Actualmente usado por la policía
La Catedral
Basílica de San Francisco
Nos metemos en el bus y en 2 horas estamos en Salta. Nos dejan en el hostel y estamos tan muertos por el madrugón que comemos una ensalada y a las 11 pm ya estamos en camita.
Perdidos por el mundo 